Un grupo de investigadores va a perforar un pozo de dos kilómetros en el cráter del volcán Krafla en Islandia para crear el primer observatorio volcánico subterráneo del mundo.
El proyecto de $ 100 millones de dólares se lanzó en 2014. La perforación está programada para comenzar en 2024. El proyecto involucra a ingenieros y científicos de institutos de investigación y empresas de 11 países.
El equipo de Krafla Magma Testbed (KMT) tiene la intención de perforar un pozo en la cámara de magma del volcán. A diferencia de la lava, que se puede observar en la superficie como producto de una erupción, las rocas ígneas fundidas se esconden en las profundidades.
“Nunca hemos observado magma subterráneo, excepto en casos aislados durante la perforación de volcanes. Para prepararse para una erupción, es imperativo saber dónde se encuentra el magma ”, dijo el vulcanólogo Paolo Papale del Instituto Italiano de Geofísica y Vulcanología INGV .
Los científicos expresaron la esperanza de que, además de adquirir nuevos conocimientos sobre la actividad volcánica, el proyecto conduzca a avances en la ciencia básica y a la creación de la llamada energía geotérmica de rocas calientes.
¿Cómo inicio el proyecto?
En 2009, mientras los ingenieros estaban ampliando la planta de energía geotérmica en el volcán Krafla, una plataforma de perforación entró accidentalmente en una bolsa de magma a 900 ° C ubicada a una profundidad de 2,1 km. El humo y la lava se elevaron del pozo, pero no se produjo ninguna erupción. Nadie esperaba encontrar magma a tan poca profundidad. Según cálculos, para ello fue necesario perforar al menos 4,5 km. Los estudios han demostrado que las propiedades del magma eran similares a las de la erupción de 1724, es decir, tenía al menos 300 años.
Según los científicos, este descubrimiento podría ser la clave para comprender muchas cosas, desde el origen de los continentes hasta la dinámica de los volcanes y los sistemas geotérmicos. Además, puede ser beneficioso para la agencia nacional de energía que gestiona la planta de energía geotérmica. En un estado entre líquido y gas, la roca alcanza temperaturas extremas. La energía generada aquí es de 5 a 10 veces más potente que en un pozo convencional. Durante el incidente con la plataforma de perforación, la temperatura del vapor que sube a la superficie alcanzó los 450 ° C, la temperatura más alta de un vapor volcánico jamás registrada. Para generar 60 MW de la planta de energía, dos de esos pozos serían suficientes, en lugar de los dieciocho que se utilizan actualmente.
“Por supuesto, es técnicamente difícil perforar en tales condiciones. Los materiales deben ser resistentes a la corrosión por vapor supercaliente. Y el miedo a provocar una erupción también es natural”, concluyó John Eichelberger, geofísico de la Universidad de Alaska en Fairbanks y uno de los fundadores del proyecto.
